Cuando yo sea grande
(cuando en verdad sea grande)
quiero tener montañas de dinero
para comprarme un enorme corazón,
más grande que un rascacielos
o incluso mayor que un planeta,
para hospedar en él a toda la humanidad
cuando la humanidad salga de vacaciones
o no tenga donde pasar la noche.
-Pero amigo, los corazones no se venden-
¡Lástima tu!
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